El lenguaje fotográfico puede ofrecer en la planificación didáctica un recurso visual de amplias posibilidades educativas por su enorme popularización, unido a su fuerte carga motivacional, sus potencialidades para la investigación del entorno, el estudio del medio... La fotografía además emplea un código específico de interpretación y construcción de la realidad, de especial trascendencia en el proceso educativo. Es, al mismo tiempo, un documento de gran valor didáctico y una privilegiada herramienta de trabajo para los alumnos.
Por otro lado, no hay que olvidar la fácil y motivadora tarea de hacer fotos prácticamente casi de todo y para todo. El comodín «foto» puede ser un complemento utilísimo en la mayor parte de las materias o especialidades. Es posible además, montar un sencillo laboratorio, que sin excesivas complicaciones tecnológicas, descubra a los alumnos el proceso químico de la fotografía y haga posible la realización y producción inmediata.
Por tanto, podemos establecer diferentes niveles de utilización didáctica, entre los que podríamos destacar:
a) Lectura de imágenes a través de la interpretación lúdica y reflexiva de los mensajes visuales, mediante lecturas objetivas y subjetivas, así como recreaciones de los mismos. La imagen informa sobre la realidad, pero también tiene que ser una plataforma que potencie la imaginación y creatividad de los alumnos, además tienen una finalidad reflexiva.
b) Conocimiento del medio, a través de un estudio del lenguaje fotográfico: cámaras (objetivos, diafragmas, visor, obturadores, accesorios...), soportes fotográficos (películas, negativos, diapositivas, emulsiones y líquidos...), tipos de revelado, laboratorios... además de los sistemas de información visual, técnicas de composición de la imagen, creatividad fotográfica, etc. Lo que se pretende es permitir que conozcan los mecanismos que este lenguaje visual pone en funcionamiento.
c) Hacer fotos es una actividad tan sencilla como ignorada. Sólo requiere simples cámaras o incluso la posibilidad de elaborar manualmente «cámaras oscuras» por los propios alumnos. Sencillas cajas de cartón con orificios son los medios técnicos suficientes para poner en marcha estas rudimentarias cámaras. La fotografía digital facilita la labor. Las actividades previas y posteriores, así como el «planning» del proceso cobra aquí todo su valor.
d) El laboratorio consigue también adentrar al alumno de forma práctica a la «aventura» de manipular y revelar sus propias tomas fotográficas. Sin necesidad de sofisticados medios, es posible montar un laboratorio de blanco y negro de bajo coste y sencillo manejo en una pequeña sala aislada de la luz. El laboratorio digital, hace posibles infinidad de efectos y manipulaciones.
e) El taller de fotografía,éste lo explicaremos en una siguiente entrada